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viernes, 16 de marzo de 2012

Como hacer jabón casero.


Cuantas veces has oido a tus abuelos hablar de cuando ellos hacían jabón casero y te has preguntado ¿como lo harán?, pues ahora tienes la solución y no es muy complicada.

Como hacer jabón casero


Con agua, aceite, sosa cáustica y un poco de paciencia podrás realizar tu propio jabón casero

Os vamos a explicar la forma de hacer jabón casero, tal y como se ha venido haciendo hasta hace unos años atras. Ahora no es muy normal que en los hogares se haga jabón, pero hasta hacia bien poco, nuestros abuelos, tenian la "receta" para hacer su propio jabón casero.




Para hacer nuestro jabón casero, necesitaremos lo siguiente:
  • Un recipiente de barro, metal o cristal
  • Una cuchara de madera
  • 3 litro de agua
  • 3 litro de aceite (usado de freir)
  • 500 gramos de sosa cáustica
Echamos en el recipiente, la sosa cáustica y añadimos el agua con mucho cuidado, ya que la sosa cáustica puede quemarnos la piel, asi que procura no tocarla.
Ahora es el momento de ir añadiendo el aceite poco a poco, mientras con la cuchara de madera vamos moviendo la mezcla. Este proceso debemos prolongarlo durante un buen rato, una hora aproximadamente, hasta que tengamos una pasta espesa de color blanquecino.
Ahora dejamos reposar durante un par de días y listo ya tenemos nuestro jabón casero.
Si quieres que el jabón sea un aromático, puedes echarle aceites esenciales de limón, fresa o lo que tu prefieras. Si quieres que el jabón salga más blanco puedes añadir un producto blanqueante, como un chorrito de añil.


Aqui os dejamos un video explicativo que te puede sacar de dudas a la hora de hacer tu propio jabón casero.

http://www.youtube.com/watch?v=Fz5kd6NbZdM&feature=player_embedded


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Jabones naturales.


JABONES NATURALES PARA CADA PIEL

Los jabones naturales no son todos iguales. Sepa cuál es el más conveniente para su tipo de piel. El jabón, ese producto que nos acompaña todos los días en el cuidado de nuestra piel, higienizándola y cuidando de mejorar su apariencia, ha ido tomando a lo largo de la historia diferentes formatos y variedades, una vez que se ha conocido cómo actúa sobre los distintos tipos de piel y, sobre todo que en algunos casos puede producir irritaciones.
Lo que realmente nos interesa de los jabones naturales es que cumplan con sus funciones primordiales, de limpiar la superficie cutánea, barriendo con las células muertas y los agentes externos que permanezcan en su superficie.

- Hay distintos tipos o clases de jabones naturales 

Los jabones comunes: sólidos y espumosos, hechos por lo general con sebo grasoso y sodio o potasio. Se indican para todo tipo de pieles y en algunos casos pueden usarse para lavar el cabello.

Los jabones humectantes: suelen tener aceites vegetales, otros poseen cremas humectantes en su composición, o grasas enriquecidos con aceite de oliva, avellana y otros. Los hay también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o dañadas por el uso de detergentes.

Los jabones suaves: tienen en su composición aguas termales y son recomendados para las pieles sensibles.

Los jabones líquidos: que se presentan como una loción de limpieza. Su poder efectivo varía y no todos tienen la misma eficacia.

Los jabones dermatológicos: contienen agentes de limpieza sintéticos muy suaves, a los que se añaden vegetales que contribuyen a cerrar los poros, aliviando las irritaciones y frenando la aparición de acné o puntos negros. Con estos jabones la piel no se descama. Son recomendados para pieles que arrastran inconvenientes, ya sea de modo permanente o estacional, o ante apariciones puntuales de irritaciones.

Los jabones de glicerina: son neutros, no suelen humectar la piel, al contrario, en algunas ocasiones tienden a resecarlas y se recomiendan para las pieles grasas. Por lo general, la glicerina tiene un efecto más duradero que los jabones comunes.

Los jabones terapéuticos: son recetados por los médicos, algunos se recomiendan para Psoriasis, para micosis cutáneas y otros para limpieza profunda de cutis.

Por último se encuentran los jabones naturales utilizados por la mayoría que son aquellos aromáticos a los que se les agrega esencias florales o frutales, no recomendables para pieles sensibles o las personas alérgicas. También tienen un efecto relajante en algunos casos, según la esencia floral que contengan.